Guste o no, estamos en Navidad, y con ella viene esa época de derroche de buenos sentimientos con los que se corre el riesgo de morir de una sobredosis de cariño.
Y puestos a derrochar, empiezo ya con los regalos. Para ti ya lo tengo. Quiero darte un te quiero y decirte un beso. El te quiero es fácil dártelo. Basta con tenerte delante y soltártelo. Aunque no sepas que ese "quiero" está encubriendo un potencial "amo" en su interior.
Decirte un beso es algo más complicado. Decírtelo sería como pretender que una guitarra sonara sólo al mirarla.
Pero es el beso que me persigue y te rehuye el que me quita el sueño. Es el que te quiero dar y no me atrevo; el mismo, dulce, con el que sueño cada noche. El que creo que deseas y que temes. El que sé que deseo y temo. El que arranca lágrimas de donde antes hubo y se agotaron. El que me avergüenza si te lo doy y me atormenta si no. El que me hace verte en cuanto cierro los ojos. El que me llega con cada canción. Ése. Tan cercano y tan distante, ajeno y propio, tuyo y mio y de los dos. Ese que me envenena cuando tan cerca está que me separa de su propia cercanía.
Cállate y dame un beso
Los besos nunca son malos... A besarse se ha dicho!!
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